sábado, 15 de enero de 2011

La Manzana

Llegó el día en que los alumnos debían visitar el Museo. Pinocho llevó su manzana y tuvo que dejarla al guardián en la puerta porque no lo dejaron entrar con comida. Con el rabo del ojo lo vio tragarse la fruta de dos mordiscos. Entró, frustrado y hambriento.
En fila, los alumnos revisaron los salones y admiraron los cuadros. Cuando vio el Jardín del Edén, colgado en la pared, se acercó, se empinó todo lo que pudo y cogió una manzana del árbol. Todavía sigue allí, en medio de los cuadros, como un títere de madera, con la boca abierta y la fruta en la mano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario