domingo, 1 de mayo de 2011

LIBROS PUBLICADOS

LIBROS PARA ADULTOS PUBLICADOS.
¨ Perú, el libro del viajero ¨ (Lima, 1978-1981) Guía Turística, dos ediciones.
¨ Perú, el libro de los minerales maravillosos ¨ (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Lima 1992)
¨ Nuestra Fauna ¨, (Sociedad Geográfica de Lima, Lima 1997)
¨ Perú, el libro de las plantas mágicas ¨ (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología 1988 y 2000), dos ediciones.
- *ITALIANO* "Aspri Mondi - Racconti Di Personaggi Insoliti (Edizioni Reverdito, Trento, Italia. Gennaio 2017)

LIBROS PARA NIÑOS y JOVENES, PUBLICADOS:
¨ Teatro, 4 Obras premiadas ¨, Lima 1983;
-“Brújula para Niños ¨, Centro de Artes Populares, Cidap, Cuenca Ecuador, 1990;
¨ Omagua e le ombre consigliere della selva amazzonica ¨, Editrice Missionaria, en Boloña, Italia, 1995;
¨ La saggia scimmia Mashin e altre leggende della selva amazzonica ¨, Editrice Missionaria en Boloña, Italia, 1995;
¨ Teatro Didáctico ¨, Ministerio de Educación, Editorial Bruño, Lima 1996;
¨ Leyendas de Oro del Perú ¨, Editorial Bruño, Lima 1996;
-Las Aventuras Mágicas de Brujilda, cuentos ecológicos infantiles: Sociedad Geográfica de Lima, 2006;
- El Cuento Semanal para Niños: Colección de 4 libros con 52 cuentos:
Aventuras de un Niño caído del Cielo;
Aventuras en el Fondo del Mar,
Valeria en el País de las Letras,
Viajes Alrededor del Sol,
Publicados por la Sociedad Geográfica de Lima, 2008
-Teatro Infantil y Juvenil: Universidad Ricardo Palma, Lima 2011.
- Un Plato para el Forastero 2012 (Lektu)
- Racconti di forestieri in altri spazi 2012 (Letture Fantastiche- sito di G.Turconi)



viernes, 18 de marzo de 2011

El Arca Espacial

Pasan por mi vera bombas, meteoritos, calaveras
Y polvo de estrellas
Cargo camellos y rinocerontes,
Llamas, tapires, golondrinas, jirafas y hormigueros.
Voy llenando el Arca espacial de especímenes de toda especie,
Recogeré larvas, huevos, capullos, orugas, panales, crisálidas
Y poblaré el lejano planeta
De vida en los pantanos, de lagunas y de ríos
De cumbres, rocas y cascadas, de remolinos y de tempestades,
De cuarzos y granitos, de pórfidos y vidrios, de cristales y marfiles,
De jardines y de bosques
De nubes, lluvias, brumas, brisas y de rayos de sol…
Llevaré aves y jaguares,
Plumas, pieles, uñas y colmillos,
Cigarras y luciérnagas, suspiros y sonrisas,
Cetáceos, tiburones, pejerreyes.
Se alzarán los árboles
Se abrazarán las cimas
Y bajo una lluvia intermitente y el aleteo de las mariposas
Trataré de construir allá a lo lejos,
Otra vez
En un espacio que está renaciendo de cenizas grises
Aquel paraíso que un día tuvimos y que, irresponsablemente,
Hemos destruido.

lunes, 7 de marzo de 2011

Superficialidades

Lo superfluo me aplasta. Cuando logro librarme de los objetos que no uso y que llenan mi espacio vital, suspiro aliviada, me siento liberada y puedo llegar a concretar mi pensamiento.


Las casas que amé fueron cayendo por su propio peso, por el pasar de los años o por otras construcciones horrendas que se edificaron encima. No importa, puedo amar otra vez.


De niña vivió en un silencio obligado para no molestar al padre que escribe cosas serias. Paseaba, en punta de pies, entre altísimos estantes repletos de libros hasta que la consumió tanta sabiduría.


Pasó años de su vida aprendiendo, por osmosis, los muchos sucesos históricos, fantásticos, mitológicos que pueblan las mentes de las civilizaciones. Era un ratón de biblioteca.

El consumismo la obligó a comprar lo innecesario hasta que no pudo respirar y murió aplastada entre lámparas y electrodomésticos inservibles, divanes con las tripas afuera, ropa demasiado pequeña y altos de cremas y detergentes sin usar.

El dios sol

El Sol se enojó. Ya nadie cree que Él es dios.
¡Qué herejía! ¡Qué desilusión!
Él, fuente de energía celestial con centauros a su disposición y planetas joviales que lo adoran, tiene la cara llena de manchas por la rabia al ver opacada su corona. Envía vientos solares hacia el Ande y se hincha volviéndose cada vez más monstruoso y gigantesco.
Con una mano lanza centellas y todos los rayos que encuentra hacia los pobladores: rayos gama, X, UV, catódicos, laser, ultravioleta y hasta los rayos de su microondas personal. Castigará a los andinos y disolverá los hielos, los carámbanos y los Entonces, Eva Yupanqui morderá la manzana del único árbol sobreviviente y nuevamente Él será el dios Sol.

Sótanos, áticos y depósitos

Es muy triste que ya no existan los sótanos, áticos y depósitos en las antiguas casas familiares. Recuerdo que cuando era niña vagaba por esos lugares buscando tesoros, como podían ser antiguas monedas, tapas doradas de lapiceros de tinta, discos de la vitrola con manizuela, baúles llenos de ropa de terciopelo y encaje, cartas desteñidas por el tiempo y el aire salado de los barcos. Así también, cintas separadas en cajas, como largas o cortas y esas últimas servían para adornar a mis muñecas.
Una vez encontré un espejo de marco dorado con un fantasma al fondo que me conversaba. Traía un pañuelo bordado con manchas de rouge y de vino tinto, como triste recuerdo de la última fiesta a la que asistió. Lo reconocí luego entre los retratos oscurecidos de personajes atemorizantes que se guardaban en el ático. El fondo mostraba un cielo tempestuoso y un paisaje demasiado alucinante para ser real. Los relatos de viajes y aventuras de mi amigo del espejo, llenó mi imaginación de fantasía desde muy tierna edad. Entonces no existía el televisor y yo pasaba horas delante del antiguo espejo escuchando sus historias.
Hoy, cuando veo que se botan a diario los lapiceros, los pañuelos, o se cambian los celulares, las casas y hasta las parejas cada año, me pregunto ¿adónde va todo eso? ¿Y las personas olvidadas, se esconderán en los espejos? Por las dudas, nunca dejo de atisbar los reflejos en cada uno de ellos que veo, porque quizás pueda encontrar otra vez al fantasma de mi niñez para agradecerle por las horas encantadas que pasó conmigo y decirle que yo sí lo recuerdo con cariño.

jueves, 3 de febrero de 2011

El Minotauro de Piedra

Lo veo entrar en el laberinto. Recorre husmeando túneles y pasadizos, grutas y cavernas. Está buscando a la divinidad encerrada entre paredes húmedas de musgo, sobre helechos y hongos que cubren las piedras. Por el sendero donde camina, asoman flores negras, venenosas. Aproximarse al lugar de terribles acontecimientos da prueba de su intrepidez y ferocidad. No lo reconozco desde aquí, puede ser algún guerrero.
Lanzo un terrible rugido para espantarlo y entonces él vislumbra mi máscara monstruosa pero no se detiene. Asomando a la entrada, Pegaso revolotea fuera de la gruta en lo alto de la colina sobre el mar. Dos serpientes envuelven mi cintura y se enroscan en mis cabellos. Pero él no es ninguno de los cazadores de monstruos. Es el mismísimo Minotauro que me observa mirándome directamente a los ojos. Nunca se dio cuenta que yo soy Gorgona y él ha quedado allí, convertido en estatua de piedra, custodiando mi secreto.

sábado, 15 de enero de 2011

América

Por falta de sumisión hacia un marido impuesto por la familia, María Cano fue tachada de mujer inferior, impura e infiel por la Inquisición en el S.XV. Escapó de las mazmorras vestida de varón a caballo de un rocín más flaco que Rocinante y llegó a un puerto sobre el Mediterráneo. Con coraje y gritando “al abordaje”, se trepó a un bergantín pirata y se aparejó con cimitarra, daga y puñal. Sin que la vieran se tiñó con carbón sobre el labio superior tratando de parecer mancebo. Barco va, barco viene o puerto va, puerto viene, terminó en una carabela con Vespucio al mando, el cual descubrió su verdadera identidad cuando le robaron la ropa que lavaba a escondidas. La cobijó bajo su cobija y al llegar al Golfo de México, entre islas caribeñas y ocasos en el Atlántico y el Pacífico, le concedió su amparo y decidió ponerle nombre al nuevo continente, pero no Américo sino América en honor a su amante María Cano, pirata sin ropa y desvergonzada por naturaleza.

Muerte Roja

El contagio de la nueva bacteria mortal a través de los canales de oxígeno es inmediato. Los moribundos levantan los brazos frenéticamente tratando de desenterrarse y respirar, aferrados a la vida. Se revuelcan, chillan estrepitosamente, tienen el pecho sangrante, los ojos saltones. Les echo piedras y rocas encima. Finalmente, el último queda bajo un cúmulo de rocas metálicas que brillan bajo la luz de las cinco lunas. Un monumento al desastre.
¿Fue Poe quien inventó la Muerte Roja? ¿Es E.T. un robot de juguete o un ser de otra galaxia, malvado y manipulador? No puedo saberlo. Soy la única sobreviviente humana de la Colonia Symca que respira oxígeno. Y quedamos solamente él y yo.

Nevermore

Francisco recomendó a los animales que debían ser buenos, quererse y amarse entre sí.
El cuervo observaba la reunión, con incertidumbre e incredulidad mientras el lobo feroz se proponía seguir los consejos del santo varón. Naturalmente, su intrínseca naturaleza pudo más que él, y al poco rato se tragó a dos ovejas con su lana, a un asno que servía a Francisco de transporte y al perro guardián que no ladraba de puro miedo.
Mientras le chorreaba sangre por las fauces, se asomó el cuervo y repitió, como era su costumbre:
“Nevermore”, amigo. Nunca más hay que confiar en la perpetua bondad de los seres. Lo digo y lo repito en todos los idiomas…

Escribo

En mi recorrido por el alfabeto, formo oraciones y necesito sólo la luz que me da un trozo del astro luna; las indicaciones las recibo del vuelo de las luciérnagas que me indican el camino; me alimento con una consonante redondeada y una conciencia tranquila y voy en paz.

La Manzana

Llegó el día en que los alumnos debían visitar el Museo. Pinocho llevó su manzana y tuvo que dejarla al guardián en la puerta porque no lo dejaron entrar con comida. Con el rabo del ojo lo vio tragarse la fruta de dos mordiscos. Entró, frustrado y hambriento.
En fila, los alumnos revisaron los salones y admiraron los cuadros. Cuando vio el Jardín del Edén, colgado en la pared, se acercó, se empinó todo lo que pudo y cogió una manzana del árbol. Todavía sigue allí, en medio de los cuadros, como un títere de madera, con la boca abierta y la fruta en la mano.

Los Molinos del Infierno

Nunca había podido creer que los molinos fueran gigantes hasta que corrió delante de ellos como alma que lleva el diablo.
Sí, eran ogros espantosos de madera y metal con aspas veloces que querían devorarlo. Por todas partes yacían cadáveres y restos putrefactos de anteriores visitantes al planeta maldito. Vio un portal a lo lejos y decidió gastar su última energía para llegar hasta aquel refugio que se encontraba lejos pero era la póstuma esperanza de sobrevivir a la catástrofe.
Casi no tuvo tiempo de observar el escrito encima de la entrada que le trajo antiguas reminiscencias: “¡Oh, vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!”
Y luego se perdió en el laberinto.